El misterio de Orión

A mediados de los años 90, Robert Bauval y Graham Hancock idearon una teoría del alineamiento de las pirámides de Guiza, en Egipto,  considerando estas construcciones como enormes tumbas orientadas hacia las estrellas (dioses) para un mejor paso de los faraones a una vida después de la muerte, de acuerdo a la religión del Antiguo Egipto. La teoría es denominada “la Correlación de Orión” y que lo dieron a conocer en su libro The Orion Mystery, Unlocking the Secrets of the Pyramids (El Misterio de Orión, descubriendo los secretos de las pirámides), en el cual se afirma que las pirámides recrean al cinturón de Orión, constelación que tiene origen mesopotámico y que miles de años después fue conocida por los egipcios , durante la dinastía ptolemaica, y es por eso que diversos egiptólogos y astrónomos se
oponen a esta indagación que suponen sin rigor científico, asegurando la ignorancia de los autores sobre la astronomía y arqueología egipcias, pues los egipcios agrupaban las estrellas de diferente forma, asociadas a diferentes imágenes y con distinta denominación.
correlaciónRobert Bauval argumentaba que la clave para descifrar el enigma de porque la menor de las pirámides, la atribuida al faraón Micerinos, se construyó desviada de la diagonal que unían las otras dos, residía en el firmamento. Según él, los antiguos constructores de pirámides levantaron el monumento de Micerinos desviado del eje imaginario sobre el que se asientan Keops y Kefrén porque así imitaban la disposición de las tres estrellas del llamado cinturón de Orión. Esta teoría estaba respaldada por lo que narraban los llamados Textos de las pirámides hallados en tumbas de la V dinastía en Sakkara. En estos se explica que el difunto rey Osiris se convertía en una estrella en la constelación de Osiris – Orión.Los Textos de las pirámides fueron traducidos al inglés y de ellos podemos extraer este pequeño fragmento:
Oh rey, eres esta Gran Estrella, la Compañera de Orión, que atraviesa el cielo con Orión, que Navega el Otro Mundo con Osiris, asciende por el este del cielo, te renuevas en tu debida estación y rejuveneces a tu debido tiempo. El cielo te ha parido con Orión… (TP 882 – 883)
Bauval pronto sumó a su teoría los hallazgos realizados en 1964 por el egiptólogo Alexander Badawy y la astrónoma Virginia Trimble. Ambos estudiaron los dos conductos, de unos 20 x 20 centímetros de lado, que partían de la Cámara del rey de la Gran Pirámide y que atraviesan toda la mampostería del edificio hasta salir al exterior.
Su objetivo era demostrar que dichos conductos no eran simples canales de ventilación, sino que debían representar una tarea más simbólica como, por ejemplo, guiar el alma del faraón hacia ciertas estrellas a las que podían estar alineados los dos estrechos conductos.
Demostrar que no eran simples canales de ventilación fue tarea fácil: para conseguir la mejor entrada de aire posible generando así una corriente renovadora, se hubieran construido dos canales horizontales enfrentados el uno al otro; y no tan empinados.
El cinturón de Orión se podía ver perfectamente a través de conducto sur en el año 10500 a. C.
El conducto sur presenta una inclinación de 44,5 grados, y el norte de 31 grados. En el 2500 a. C. el ángulo de las tres estrellas del Cinturón de Orión eran de unos 73 grados con el meridiano, sin embargo el ángulo del conducto era de 44,5 grados. Para el año 10500 a. C. el ángulo de las estrellas de Orión eran muy próximos a los 45 grados.
la-teoria-de-orion.Con lo que respecta a la posición física de las pirámides en relación a las tres estrellas del cinturón de Orión, podemos afirmar los siguientes hechos:
Comparación angular y posicional de las tres pirámides con las estrellas del cinturón de Orión. Obsérvese la gran semejanza.
En 1998, Bauval vería respaldada su hipótesis con la publicación de la nueva obra El espejo del paraíso, de Graham Hancock.
Este libro era el resultado de varios viajes en busca de pruebas que demostrasen que en la noche de los tiempos ya existieron pueblos con avanzados conocimientos astronómicos tales como la precesión de la Tierra.
Su opinión se basaba en estudios anteriores realizados por la Universidad de Frankfurt y el Instituto Tecnológico de Massachusetts en 1969.
Argumentaban que en los mitos de pueblos de todo el mundo existen suficientes indicios para sostener la existencia de un saber astronómico al que sólo accedían ciertas castas de iniciados. Un saber que podía comprender el fenómeno de la precesión.
movimiento de precesión de la Tierra a lo largo de los años.
correlación.la-teoria-de-orionLa precesión de la Tierra demuestra que las estrellas no están siempre fijas en el firmamento, sino que se desplazan siguiendo un ritmo muy particular y difícil de calcular.
La existencia de ese movimiento se deduce de la minuciosa observación de los movimientos de las estrellas en la bóveda celeste a través de los siglos.
Se trata de un desplazamiento casi imperceptible, apenas un grado en el firmamento cada setenta y dos años, que surge como consecuencia del viaje de la Tierra a través del espacio.
Alguien en el pasado, sin satélites ni ordenadores, sin planisferios ni calculadoras, se dio cuenta de ello.

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