Su nombre se deriva por ser el hábitat de aves nocturnas llamadas tayos (Steatornis Caripensis), hallado en el año de 1969 por el húngaro espeleólogo de nacionalidad argentina Juan Moriz, convirtiéndose en el primero en divulgar al mundo los tesoros que habia en las profundidades de la Cueva. se localiza en la República del Ecuador en una zona montañosa irregular llamada Cordillera del Cóndor. Durante años se dio a conocer
…He descubierto valiosos objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad. Los objetos consisten especialmente en láminas metálicas que contienen probablemente el resumen de la historia de una civilización extinguida, de la cual no tenemos hasta la fecha el menor indicio…
Fueron conservadas en la iglesia de Crespi, por parte del sacerdote Carlo Crespi, unas placas que posteriormente fueron analizadas de las mismas cuevas, y para el año 1976 se dieron a conocer sus dimensiones; eran unos cincuenta y dos centímetros de largo, por unos catorce centímetros de anchura y casi cuatro centímetros de espesor, hecha de oro.
En 1976 fue promovida la expedición Ecuatoriano-Británica de por Stanley Hall, un ingeniero escocés. En Escocia se la llegó a llamar: “Expedición Militar”. Para la expedición se convoca a un grupo de científicos, en su mayoría británicos, entre los que se encontraba Neil Armstrong, la cual tuvo una duración de treinta y cinco días, llegando a la conclusión que la Cueva de los Tayos no tenía relación alguna con la acción del hombre, que fue una creación de ríos subterráneos y de factores naturales en su totalidad, pero de ahí surgieron diversos argumentos relacionados con la masonería. Stanley Hall publicaría “El Oro de los Tayos: los archivos de la Atlántida”. La tesis de Hall, sugiere que Petronio Jaramillo Abarca y no Juan Moricz, es el hombre que realmente conoció la verdadera ubicación de la “Biblioteca Metálica”.
Post relacionado:
Naica, cueva de los cristales
que en la época de cristobal colón se dio el hallazgo más importante de la historia.
Según un Acta Notarial de de Juan Moriz se informa que:
…He descubierto valiosos objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad. Los objetos consisten especialmente en láminas metálicas que contienen probablemente el resumen de la historia de una civilización extinguida, de la cual no tenemos hasta la fecha el menor indicio…Los “sharuas”, indígenas que viven por fuera de la cueva y muy cercanos a su entrada, han sido los pioneros en transitar por la cueva desde antiguos tiempos; en cierta época del año, descienden por la entrada de la cueva en busca de las crías de los tayos para comerlos. En otras cuevas de la parte Sur del continente americano se ha hallado esta misma especie, como por ejemplo en Venezuela (Caripe), para algunos autores es posible que la especie se fue propagando por debajo de la tierra, y así apareciendo en distintos sitios, con el argumento de que los túneles subterráneos no están separados como sistemas distintos sino que, en cambio, existen conexiones, y que las placas de metal que mencionó el húngaro podrían ser parte de una enorme biblioteca de las mismas.
Fueron conservadas en la iglesia de Crespi, por parte del sacerdote Carlo Crespi, unas placas que posteriormente fueron analizadas de las mismas cuevas, y para el año 1976 se dieron a conocer sus dimensiones; eran unos cincuenta y dos centímetros de largo, por unos catorce centímetros de anchura y casi cuatro centímetros de espesor, hecha de oro.Se dijo que la escritura tenía una enorme similitud con caracteres de la India empleados hace más de dos mil trescientos años, denominada “Brahmi”.
Para el año 1980, el profesor de Ciencias Biológicas en Estados Unidos, Barry Fell, logró identificar ciertos símbolos en la placa, doce símbolos, y afirmó que serían los mismos que existen formando parte del zodíaco.
Erick Von Däniken, un escritor nacido en Suiza, plasmó en su libro “El Oro de los Dioses” en 1974, en donde se daba a conocer el aspecto interno de las cavernas, y fotografías de algunas placas.
En 1976 fue promovida la expedición Ecuatoriano-Británica de por Stanley Hall, un ingeniero escocés. En Escocia se la llegó a llamar: “Expedición Militar”. Para la expedición se convoca a un grupo de científicos, en su mayoría británicos, entre los que se encontraba Neil Armstrong, la cual tuvo una duración de treinta y cinco días, llegando a la conclusión que la Cueva de los Tayos no tenía relación alguna con la acción del hombre, que fue una creación de ríos subterráneos y de factores naturales en su totalidad, pero de ahí surgieron diversos argumentos relacionados con la masonería. Stanley Hall publicaría “El Oro de los Tayos: los archivos de la Atlántida”. La tesis de Hall, sugiere que Petronio Jaramillo Abarca y no Juan Moricz, es el hombre que realmente conoció la verdadera ubicación de la “Biblioteca Metálica”.Post relacionado:
Naica, cueva de los cristales
